lunes, 27 de julio de 2009

Frases 61-70

61. Sí algún día tienes tantas cosas que hacer que sientes que nunca vas a acabar: observa de lejos todo lo que falta, organízalo, comienza de uno por uno y acabaras en menos tiempo del que creías.

62. Siempre hay que ver lo bueno de lo malo y lo mejor de lo bueno.

63. Las personas que valen la pena son las que sacan lo mejor del peor momento.

64. No pierdas el tiempo tratando de saber quien eres, mejor gánalo intentando saber quien quieres ser.

65. Lo que fue, ya fue; y lo que será, todavía no es.

66. La vida es un juego en el que no se puede ganar ni perder, solo jugar.

67. A veces la vida se vuelve muy monótona y nos volvemos como agua en un estanque, muévete con el río y corre constantemente.

68. Aprende a irte lejos, ver tu gran problema desde ahí y reir.

69. La vida es un constante desafío en la que se te dan oportunidades todo el tiempo.

70. El cielo existe aquí y ahora.

AMOR VS COMPAÑIA

“Jugando a ser felices por desesperados, por no aguardar los sueños, por miedo a quedar solos” Ricardo Arjona

Una pequeña parte de una canción que nos puede decir mucho de la realidad que se vive en muchas relaciones el día de hoy. Problema que nos lleva a muchos problemas como el mismo divorcio, infidelidad, peleas, malos tratos, etc. Pero, ¿de qué manera puede afectar tanto? Eso es exactamente el problema, que no sabemos que algo así puede llegar a afectarnos seriamente en nuestras vidas y dejarnos marcados para siempre para nunca poder vivir felices.

Para empezar hay que darnos cuenta de una cosa en cualquier relación en pareja, que es la de saber si se está porque realmente se quiere estar con esa persona o simplemente por algún pretexto que se nos ocurra para no estar solos o tener una compañía pasajera. Pero también hay muchas maneras de equivocarnos pensando que es amor en un momento que simplemente puede ser miedo o estar confundidos con la misma definición que esta conlleva. Porque a veces pensar que una persona nos aguanta, mantiene, quiere, protege o cosas parecidas; nos pueden llevar a la mentira de pensar que realmente amamos a esa misma persona. No hay que confundir el no estar solos a querer estar realmente con esa persona. Lo primordial en nuestras vidas es la felicidad y esta no se encuentra a través de otra persona, está solo será un complemento en nuestras vidas.

El psicólogo mexicano Rubén González Vera describe los vínculos que tienen las parejas en su unión, que de igual manera nos pueden llevar a una manera inmadura de ver una relación, estar a la fuerza o con miedo a ser como realmente somos. La que realmente da como mejor propuesta es la que llama las parejas equilibradas, que son las que mantienen un balance entre lo que es la integridad de la persona y el contacto de la pareja. Hay momentos que se le dan a la pareja para su integridad y otros en los que pueden estar juntos con metas en común pero dejando que la otra haga lo que siempre ha querido en su vida. La pareja dependiente, que es la que combinan su integridad y su individualidad para ir en un mismo sentido. Esto dejando cada quien lo que quiere para seguir un mismo camino los dos. Inmaduramente se puede pensar que es lo mejor, pero se abandona lo que quiere cada uno. Y por último la pareja desligada, que consiste en la que cada individuo de la relación es independiente de la otra. No hay contacto de metas ni amorosas. Cada quien sigue su camino pero solo hay una convivencia de ver de cerca sus pasos sin meterse ni cooperar en nada.

Son tal vez vínculos muy burdos, pero a la vez son ciertos. Hay que aprender que si amamos a la otra persona siempre dejaremos que la pareja se le va a otorgar y cooperar para que crezca y pensar en nosotros de la misma manera. Esta será una simbiosis excelente para los dos, de los que podrán disfrutar de la relación sin faltas a cada uno.

Él mismo habla de los complementos que hacemos en pareja. En una tienda nunca venden y menos se usan usualmente una chancla con un zapato. Si somos una chancla buscaremos otra que nos complemente. Encontraremos, por así decirlo, en otra persona lo que somos nosotros. Siempre a nuestro nivel, un mismo estilo y encontrando lo que nos hemos forjado. Hay que prepararnos antes de una relación, trabajar en ser el zapato que queremos y luego buscar nuestro par. No vivas siendo una chancla buscando un zapato, por que el zapato difícilmente querrá estar con la chancla o viceversa. Para ello no hay que tratar de adquirirlo a cualquier costo haciendo cosas que no van con nosotros, simplemente hay que trabajar en nosotros y de esa manera sin esfuerzo se llegara a la persona que queremos para nosotros complementando el par.

Pero cuando estamos con esa persona que creemos será el amor de nuestras vidas al casarse todo cambia y parece que desconocemos a la misma persona. No es eso, simplemente vivimos en la etapa de enamoramiento a diferencia del amor. Jorge Bucay y Silvia Salinas (psicoterapeutas) enuncian su diferencia así: “Enamorarse es amar las coincidencias; y amar, enamorarse de las diferencias”. Esto es confundido por la mayoría de las parejas y matrimonios, que los lleva a lo comentado al principio como el divorcio e infidelidad, entre otras. El enamoramiento solo es el camino al amor o desamor. Hay que conocer y saber que hay y habrá diferencias entre los cónyugues siempre, pero centrarnos en nosotros y mejorar nosotros para que sea igual del otro lado. No hay que señalar las diferencias e inconformidades a nuestra pareja, simplemente cooperar para mostrarle al otro como un espejo los que son y cómo pueden mejorar y ser una ayuda para la misma para mejorar cada uno. Esto es el amor, dejar de ver sus diferencias como un reclamo sino como una ayuda mutua para mejorar.

No se conoce a la persona simplemente estando juntos mucho tiempo, sino viviendo las diferencias. Por esta intolerancia en los matrimonios y relaciones amorosas siempre hay problemas después de haberse conocido y pensar que será el amor de nuestras vidas. Pregunta a personas que se hayan divorciado si no amaban a su ex-cónyugue antes de casarse. Todos responderán que sí, pero darán excusas de maltrato o peleas iniciadas por la pareja. Esto significa un grado de intolerancia, pues nos da ejemplo de una vida viendo sus defectos en vez de trabajar en los míos y ayudando al otro a mejorar los suyos, como haría el amor maduro.

Lamentablemente muchas personas les da miedo aceptar esto y se retraen a un vínculo de ser un parasito que sobrevive de la otra persona para no quedar sola. Esto sabemos todos que puede ocurrir, pero muchas veces nos da miedo aceptar que nos pasa a nosotros. Para esto hay que tener un pensamiento positivo y maduro para saber que vivimos por nosotros con la otra persona, para ser dos personas en una pero dos a la vez. Esto quiere decir que siendo uno pero trabajando en cada uno de nosotros sin reclamos que justifiquen nuestras decisiones a nuestra pareja. Ver nuestros defectos, que son muchos, antes de reclamar los de la otra persona.

Las personas en cierto momento que se sienten solas tratan de buscar compañía de cualquier forma, lo malo es cuando se involucra a esta otra persona. Esto solo para darnos seguridad de tener a alguien ahí o a quitar el miedo de no saber qué hacer en una vida de soledad. Creo que la mejor manera sería vivir solos antes que con alguien con quien se sufrirá. Podemos vivir amargamente solos con una persona o felizmente de igual manera solos, pero felices. Sin descartar de felices en pareja.

Dado todo lo anterior, no dejo de mencionar que la mejor relación pudiera resultar de una amistad bien fundamentada, en la que se conocen los defectos y virtudes, se trabaja en equipo para mejorar mutuamente y se complementan. Esto solo es una recomendación basada en mi criterio. Pero esto está solamente en decidir por nosotros y no por nadie más.

No tengas miedo a vivir con alguien o sin alguien, busca solo el amor y no la compañía para poder ser feliz; pero sobretodo, no tengas miedo a seguir viviendo.

Alex Arriaga